Página 136 - En busca del escarabajo azul

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I
NSTRUCCIONES
DE USO
La belleza
de las pinturas hizo
que el grupo olvidara por unos instantes el Teso-
ro del Sol, de momento inalcanzable.
—¡Eh! ¡Aquí hay
AGUJEROS
! —comentó
Nicky.
En el extremo izquierdo de la pared, había cinco
agujeros ovalados de formas regulares: cuatro
pequeños y uno más
GRANDE
en el centro.
Colette
frunció
el ceño, muy
concentrada:
—Hum… Estos agujeros
me recuerdan algo…
Y, sin añadir más, echó
a correr por el pasillo.